sábado, 28 de junio de 2014

Maradona y su juego perpetuo: la osadía de apostar


I

Cuando el camino es un tránsito eterno hacia la gloria prefiero ir de tu mano que alzar la copa. Allá quedará su brillo de suertes ajenas. Acá sos nuestro, somos vos, sos nosotros. 
Acá tu magia resiste cualquier razón asesina. Acá tus osadas huellas flotan cotidianas, livianas y sencillas, entre respiros y risas, entre canciones  y pueblo. Acá no nos sueltes la mano, que soltarnos es perdernos, que las grandes  vueltas llegan haciendo muchas rondas.


II

Antes de que las luces despierten quiero verte de pie. Tu caída es, desde siempre, inadmisible; ya enloqueció la historia para detener aquel espacio, aquel  tiempo. Tu mano ocupa todo el abismo que supone reunir potrero y cielo. Tu alma corre tropezando heroicamente. De repente, un grito resume victoria y justicia, acaso patria y amor. Así sucede la iteración perpetua del escenario irreversible que engendra tu dios. 


III

Gracias por volver a sumarnos a ese origen infinito que es tu eterna carrera hacia la gloria, a tu vuelo justo, a tu digno juego. Esta vez, como todas, fue lo mismo de siempre: poesía en los huesos, rebeldía en la sangre, ofrendas sencillas que como panes y peces  -tal cual indicia tu oficio- supiste multiplicar. El milagro ulterior es aún más sencillo, la fe magnifica las ansias, con dolor pagamos el precio de soñar.  Morir por la causa es la disposición necesaria para causar la gloria.
Gracias, gracias, gracias, todos dicen gracias. Yo también quiero decir gracias; decir gracias, pedir perdón. Perdón por mis absurdas cábalas. Tres de Julio. Tres del siete. Tres más siete, más el diez del dos mil. Padre-hijo. M2. Está escrito  –me dije- el mito irrumpirá su lógica bravura, su arte más usual  de errantes permanencias.[1]


IV

Perder es el irrevocable anverso que convoca la osadía de apostar. Apenas una absurda precisión que pretende detener la magia del infinito ruedo. Sólo la gloria sabe traducir el azar en el preciso cosmos capaz de eternidad. Yo creo en él. Un hombre cuyos ojos cifran todo el Sur y sus duelos cardinales. Creo en su pasión inacabable, en la suma de victorias que tejen su piel. Creo en la magia de su juego perpetuo.




[1] El juego de la suma hace alusión a la fecha del partido con Alemania (03/07/2010). La fecha, que deviene en cábala, contiene dos diez  que relaciono con las figuras de Maradona y Messi.   
[*] La foto corresponde al video realizado por el artista británico Richard Swarbrick que creó una nueva forma de ver el gol de Maradona utilizando recortes de papel revista y de diariosSe puede ver acá –> https://www.youtube.com/watch?v=CSHVZmvJjtM  

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